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Muchos emprendedores quieren saber si deben usar Shopify o WooCommerce para comenzar a su tienda online, y aunque ambas opciones comparten la meta de ayudarte a vender de manera sencilla, cada una ofrece aspectos particulares que se adaptan a distintos tipos de proyectos.
En la actualidad, contar con un espacio en línea para ofrecer prodcutos o servicios no es opcional, sino más bien una necesidad si deseas ampliar tu alcance y reputación. Sin embargo, no basta con abrir un sitio básico y esperar resultados inmediatos. Se requiere una estructura adecuada que facilite la navegación, ofrezca seguridad y mejore la experiencia de compra.
Para lograr esto, la plataforma de comercio electrónico que elijas juega un papel determinante. Si una persona no se siente cómoda administrando el panel de control, o si el diseño no resulta agradable, terminará perdiendo el interés en su proyecto. Por eso, es importante que tu solución no sólo sea robusta en cuanto a funcionalidad, sino que también te deje manejar las cosas con soltura, aun si no tienes mucha experiencia en el ámbito técnico.
Cuando hablamos de Shopify y WooCommerce, solemos pensar en opciones populares a escala global. Estas dos herramientas han ganado reconocimiento debido a las posibilidades que brindan para manejar inventarios, procesar pedidos, integrar pasarelas de pago, etc. Sin embargo, más allá de la fama, la clave está en comprender sus pros y contras para no terminar con una plataforma que te genere más dolores de cabeza que soluciones.
Shopify es vista como una solución “todo en uno” que busca hacer el proceso de creación y administración de una tienda en línea lo más intuitivo posible. No se requiere mucha experiencia previa en desarrollo web, pues la idea principal es facilitarlo todo a través de un panel amigable. Con Shopify, el usuario contrata un servicio donde prácticamente todo está listo para usarse: hosting, plantillas, configuraciones de seguridad y funciones diversas para gestionar un catálogo de productos.
Este enfoque integral es muy atractivo para quienes quieren iniciar sin muchas complicaciones. Ciertas personas valoran no tener que preocuparse por asuntos técnicos y prefieren una interfaz que los lleve de la mano. Además, se suele señalar que la escalabilidad (o capacidad de crecer) es uno de sus puntos fuertes, siempre y cuando la tienda requiera funciones simples y medianas. De todos modos, esto no quiere decir que sea la mejor alternativa para todo el mundo, pues cada proyecto tiene peculiaridades distintas.
Del otro lado, tenemos WooCommerce, un plugin que funciona con un sistema de gestión de contenidos muy popular (usado para blogs, sitios corporativos y portales de noticias). Esta herramienta convierte un sitio convencional en una tienda online con un conjunto robusto de funcionalidades para la gestión de productos, carritos de compra y pasarelas de pago. WooCommerce es bastante personalizable, lo cual resulta sumamente atractivo para quienes requieren un mayor control sobre el diseño y la estructura de la web.
Sin embargo, esta flexibilidad trae consigo la necesidad de contar con un mínimo de conocimientos en aspectos técnicos. Para aprovechar verdaderamente todo el potencial de WooCommerce, deberás estar dispuesto a dedicar tiempo a la configuración, la instalación de plugins adicionales y la optimización del rendimiento. Aun así, si disfrutas toquetear detalles y deseas un control casi total de tu ecommerce, esta puede ser la mejor opción.
Muchos principiantes eligen Shopify porque ofrece una interfaz clara, guías paso a paso y un dashboard ordenado para gestionar productos, categorías y clientes. Una vez que tienes acceso al panel de control, resulta relativamente sencillo ir añadiendo nuevas secciones, configurando pagos y personalizando ciertos elementos gráficos. Además, hay una biblioteca de plantillas que te ayuda a dar ese aspecto profesional a tu sitio, aunque sin profundizar demasiado en los detalles de código.
Para quien no desea involucrarse con instalación de extensiones ni lidiar con aspectos técnicos de mantenimiento, puede resultar perfecto. Todo suele estar en un solo lugar, y hay múltiples tutoriales disponibles. Sin embargo, la facilidad a veces implica limitaciones en la personalización, sobre todo si en el futuro deseas modificar la estructura de tu tienda online de manera muy específica.
WooCommerce tiende a ser un poco más complejo si nunca has gestionado un sitio web antes. Al tratarse de un plugin dentro de un ecosistema de gestión de contenidos, primero debes familiarizarte con el entorno base: cómo se instalan temas, cómo se organizan categorías, etc. Luego, añadir WooCommerce implica configuraciones adicionales para aspectos clave como métodos de pago, envíos y manejo de stock.
No obstante, una vez que superas esa curva de aprendizaje, obtienes un nivel de control mayor. Tú eliges qué plugins adicionales instalar, qué funcionalidades se añaden y cómo se comporta exactamente tu tienda en línea. En otras palabras, si disfrutas personalizar y ajustar cada rincón, WooCommerce te viene como anillo al dedo. Pero si lo tuyo es la simplicidad y prefieres un entorno que no requiera tanta configuración manual, es probable que Shopify sea menos abrumador.
Shopify proporciona un catálogo variado de plantillas listas para usar, muchas de ellas enfocadas en distintos sectores: moda, electrónica, salud, etc. Dichas plantillas se pueden editar para cambiar colores, tipografías y distribución de elementos. Esta adaptación, sin embargo, tiende a ser limitada: aunque puedes realizar modificaciones en el código si lo deseas, la mayoría de los nuevos usuarios se conforman con ajustar las opciones disponibles en la interfaz de personalización.
Para proyectos pequeños y medianos, esto puede ser suficiente. Lo bueno es que, sin invertir demasiado tiempo, tu sitio puede lucir bastante profesional. Lo menos positivo es que si anhelas una estructura totalmente diferente, tal vez necesites contratar a alguien con conocimientos de desarrollo front-end, o invertir en una plantilla más compleja que ofrezca mayor variedad de configuraciones.
WooCommerce, al estar respaldado por uno de los sistemas de gestión de contenidos más populares, hereda la flexibilidad de su entorno base. Esto se traduce en que puedes elegir entre infinidad de temas, tanto gratuitos como de pago, y adaptarlos a tus necesidades con un buen grado de libertad. Además, la comunidad de desarrollo que respalda este plugin es muy activa, por lo que no tendrás problema en encontrar documentación, tutoriales y guías para personalizar cada mínimo detalle.
Si sabes editar archivos de plantilla, usar hojas de estilo personalizadas o contar con herramientas de maquetación visual, WooCommerce se convierte en un lienzo casi ilimitado para tu creatividad. El punto que podría complicar la vida a un principiante es que, para aprovechar al máximo esta versatilidad, se requiere un poco de paciencia y disposición para aprender. Por ende, es ideal para quienes están dispuestos a invertir tiempo en la construcción de una identidad de marca muy distintiva.
El posicionamiento en buscadores es esencial para atraer tráfico orgánico a tu tienda online. Cuando alguien investiga sobre Shopify, generalmente encuentra opiniones favorables en cuanto a velocidad y optimización. La plataforma se encarga de implementar prácticas recomendadas para la carga de páginas y te ayuda con la creación de metadatos y URL amigables. Sin embargo, las opciones avanzadas para personalizar ciertos parámetros de SEO a veces están más limitadas si las comparamos con otras soluciones.
La ventaja es que prácticamente no tienes que preocuparte tanto por la arquitectura de servidor ni los aspectos complejos de optimización, porque el entorno está diseñado para ofrecer un nivel de rendimiento decente desde el primer momento. Eso sí, a largo plazo, si buscas un control a detalle, es posible que te sientas un poco restringido en las herramientas integradas.
WooCommerce ofrece la capacidad de manejar el SEO a un nivel bastante detallado, sobre todo si instalas extensiones enfocadas en esta tarea. Por ejemplo, existen plugins que facilitan la optimización de metaetiquetas, la creación de sitemaps y la configuración de redirecciones. Asimismo, puedes ajustar la estructura de los enlaces permanentes, optimizar imágenes con diversas herramientas y aprovechar la flexibilidad general de la plataforma base.
La pega consiste en que, a diferencia de Shopify, aquí eres responsable de la optimización técnica del sitio, lo cual implica elegir un servicio de alojamiento de calidad, configurar cachés, mantener el software actualizado y asegurarte de que tus plugins no entren en conflicto. Pero si lo haces bien y cuidas estos detalles, puedes lograr un rendimiento muy alto y obtener un posicionamiento notable.
Cuando necesites añadir funciones específicas —por ejemplo, un sistema de puntos de fidelidad, herramientas avanzadas de marketing o integración con ciertas plataformas de mensajería—, encontrarás que Shopify cuenta con su propia tienda de aplicaciones. Dichas aplicaciones amplían las funcionalidades de tu tienda online, permitiendo cosas como la recuperación de carritos abandonados o la personalización del proceso de checkout.
Gran parte de estas aplicaciones son fáciles de instalar y, en pocos clics, tu negocio se beneficia de nuevas funciones. Sin embargo, algunas extensiones podrían tener un costo, o requerir planes adicionales, lo que podría incomodar a cierto sector de emprendedores que busquen reducir gastos a largo plazo (pero recordemos que aquí no daremos valores específicos). Aun así, la comodidad de añadir lo que necesitas de forma rápida suele ser un punto decisivo para quienes valoran la inmediatez.
WooCommerce se integra de manera muy cómoda con un amplio repertorio de plugins especializados en ecommerce, marketing, SEO, logística y más. La comunidad de desarrollo es extensa, así que encontrarás múltiples opciones para prácticamente cualquier requerimiento: galerías de imágenes, formularios de contacto, procesadores de pago alternativos y un largo etcétera.
La principal diferencia radica en que tú mismo eres el responsable de verificar la compatibilidad, mantener las extensiones actualizadas y evitar conflictos que puedan surgir de la interacción entre varias herramientas. Aunque esto brinda libertad para construir una tienda en línea a tu medida, también puede generar más trabajo de mantenimiento. De cualquier forma, si lo gestionas con orden, WooCommerce te da la posibilidad de ensamblar una plataforma muy completa sin límites.
Cuando comienzas con un proyecto, es normal tener expectativas de crecimiento. Deseas que tu marca atraiga clientes, incremente sus ventas y, con el tiempo, expanda su catálogo de productos o mercados geográficos. Es por ello que la escalabilidad se convierte en un factor clave para determinar si una plataforma de comercio electrónico se ajustará a tus planes futuros.
Tanto Shopify como WooCommerce permiten iniciar de forma pequeña, con apenas unos cuantos items, y luego crecer progresivamente. En Shopify, el proceso de escalada tiende a ser simple desde el punto de vista de configuración, pues la plataforma se encarga de los aspectos técnicos. En WooCommerce, tú tienes que ajustar varios componentes manualmente: por ejemplo, contratar un mejor servicio de hosting, optimizar la base de datos y cuidar la cantidad de plugins instalados para que el sitio no se ralentice.
De todos modos, si te preparas con anticipación y eliges herramientas adecuadas, WooCommerce puede manejar catálogos muy grandes sin problemas. La clave en ambos casos es vigilar el mantenimiento, invertir en un diseño eficiente y asegurarte de que los tiempos de carga se mantengan adecuados para no espantar a los visitantes.
Uno de los atractivos de Shopify es que ofrece soporte a sus usuarios a través de diversos canales, como chat en vivo o correo electrónico. Esto resulta útil para solucionar inconvenientes urgentes que pudieran surgir con la plataforma o los pagos. En la mayoría de las situaciones, su equipo está disponible para guiarte, lo que reduce la incertidumbre de quedarte varado sin saber qué hacer.
Claro que, si se trata de personalizaciones avanzadas o problemas relacionados con plantillas de terceros, es posible que te deriven a foros o a la documentación oficial. Pero al menos tienes un punto de partida claro donde solicitar ayuda, lo cual se agradece si no eres muy ducho en temas técnicos.
En WooCommerce, el soporte oficial se canaliza a través de la web donde se descarga el plugin, pero siendo un proyecto con amplia adopción, existe una enorme comunidad de usuarios dispuestos a ayudar en foros y grupos especializados. Si contratas un tema o plugins de empresas reconocidas, también tendrás acceso a sus respectivos canales de atención.
La diferencia es que, en lugar de un equipo centralizado, la responsabilidad de resolver incidencias puede recaer en distintos desarrolladores según el caso. Si algo falla con un plugin ajeno, probablemente tendrás que dirigirte al autor de dicho complemento. Sin embargo, la vasta comunidad de entusiastas y profesionales a menudo responde rápidamente y comparte tutoriales detallados. Lo ideal es no temerles a las búsquedas en Google y a la interacción en foros, porque allí se encuentran soluciones a casi cualquier fallo que puedas experimentar.
Vender en línea no se limita a montar un catálogo de productos y esperar que los usuarios lleguen. Se requiere una estrategia de marketing que puede incluir campañas de correo, anuncios en redes sociales, promociones y la creación de contenido atractivo. Tanto Shopify como WooCommerce contemplan estas necesidades y ofrecen herramientas o integraciones para que el marketing sea más sencillo.
En Shopify, encuentras aplicaciones para automatizar newsletters, implementar ventas cruzadas o descuentos especiales. WooCommerce, por su parte, se beneficia de la amplia variedad de plugins que se pueden integrar con gestores de correo masivo, píxeles de redes sociales y otras tácticas de promoción. Al final, ambas plataformas te dan oportunidades de atraer tráfico y fidelizar clientes, siempre que te tomes en serio la tarea de planificar tus acciones.
Los envíos son un factor crítico para cualquier negocio en línea. Una gestión inadecuada de las tarifas, plazos de entrega o confirmaciones de envío puede derivar en clientes insatisfechos. Por ello, es vital que la plataforma de comercio electrónico que uses tenga integraciones que faciliten estos procesos.
Shopify: Ofrece configuraciones de envío donde puedes definir zonas, rangos de peso y opciones de entrega. Además, el sistema se combina con apps de terceros que permiten imprimir etiquetas o trackear paquetes. Es una solución práctica para emprendedores que buscan algo rápido de configurar.
WooCommerce: También cuenta con módulos para gestionar aspectos de logística, algunos creados por la comunidad y otros por desarrolladores especializados. Puedes añadir funcionalidades para calcular tarifas en tiempo real o generar etiquetas de forma automática. Eso sí, deberás instalar los complementos adecuados y asegurarte de su compatibilidad para no sufrir problemas técnicos.
Vender a través de plataformas sociales o sincronizar tu inventario con marketplaces externos es una estrategia que muchas marcas consideran para expandir su alcance. Tanto Shopify como WooCommerce facilitan la integración con diversas redes populares, lo cual te permite mostrar tus productos y procesar compras a través de canales externos.
En Shopify, suelen existir apps específicas para conectar tu catálogo con distintos sitios de redes o plataformas de mensajería. En WooCommerce, el proceso puede requerir más pasos, pero es perfectamente posible gracias a los plugins correspondientes. Aunque la activación de estas funciones no es complicada, es aconsejable verificar cada detalle para evitar inconsistencias en el inventario o en la información mostrada a los usuarios.
En Internet circulan muchas opiniones y mitos sobre Shopify y WooCommerce. Es normal que, cuando busques información, encuentres comentarios exagerados o contradictorios. A continuación, aclaramos algunos de los malentendidos más comunes:
Algunas personas afirman que Shopify se queda corto cuando tu tienda empieza a crecer. Esto no siempre es verdad. Aunque hay configuraciones avanzadas que tal vez no tengas de inmediato, la plataforma ha demostrado capacidad para manejar buen número de pedidos y catálogos amplios, siempre que ajustes las funciones. Eso sí, conviene asegurarte de que las apps que uses sean estables y no sobrecarguen el sistema con funciones innecesarias.
Si bien WooCommerce ofrece mucho control y flexibilidad, ello no significa que sea imposible de usar para principiantes. Hay plantillas muy sencillas y tutoriales para principiantes que detallan paso a paso la configuración. Lo importante es la actitud de aprendizaje: si te gusta descubrir nuevas herramientas y ajustar detalles, WooCommerce puede servirte perfectamente, incluso si tu experiencia es limitada. Además, cuenta con una comunidad de usuarios bastante dispuesta a ayudar.
El hecho de que WooCommerce se base en un sistema de gestión de contenidos que se hizo famoso por los blogs no implica que sea exclusivo para escritores o bloggers. De hecho, se utiliza para todo tipo de sitios, desde agencias creativas hasta tiendas de artesanías. La versatilidad de WooCommerce se adapta a proyectos que no tienen nada que ver con el blogging en sí. Por supuesto, si deseas combinar la venta de productos con la publicación de artículos, esta herramienta resulta ideal, pero no es un requisito fundamental.
Si bien Shopify es menos flexible en ciertos aspectos de diseño y estructura, decir que “no deja personalizar nada” es exagerado. Existen plantillas que brindan varias opciones, y un desarrollador con conocimientos de edición de código puede lograr cosas sorprendentes. Además, la plataforma ha incorporado sistemas para modificar temas y secciones de forma modular. Quizá no sea tan amplio como en WooCommerce, pero te garantiza un nivel de personalización suficiente para distinguir tu marca.
Cuidar la seguridad de tu tienda digital es un aspecto primordial para ganarte la confianza de los usuarios y proteger su información. Las plataformas que ofrecen métodos de pago y gestionan datos sensibles requieren supervisión constante para impedir ataques de ciberdelincuentes.
Shopify: Al ser un servicio donde todo está integrado, la empresa se encarga de las actualizaciones de seguridad y del cumplimiento de normativas. Esto reduce la carga de trabajo del propietario de la tienda, permitiendo que se enfoque en la venta y no en parches de seguridad. Es un punto que muchos valoran al preferir algo más gestionado.
WooCommerce: Aquí, en cambio, tú (o tu equipo técnico) tienen la responsabilidad de mantener tanto el sistema de gestión de contenidos como los plugins y el propio WooCommerce actualizados. El riesgo de vulnerabilidades aumenta si no se aplican los parches a tiempo, o si se instalan complementos con mala reputación. Sin embargo, si prestas la atención adecuada, puedes mantener tu tienda segura sin mayores inconvenientes. Simplemente, requiere un poco más de disciplina.
No todos los negocios digitales son iguales. Una tienda de productos físicos puede tener requisitos distintos a otra que ofrezca cursos en línea, servicios de consultoría o ventas bajo pedido. En este sentido, es importante ver cuál de las dos opciones se acomoda mejor a la naturaleza de tu proyecto:
Shopify: Muchos lo usan para vender ropa, accesorios, dispositivos tecnológicos y artículos de belleza. También hay quienes ofrecen productos digitales o combos de suscripciones. En realidad, la plataforma se adapta a casi cualquier rubro, mientras no requieras implementaciones muy específicas o flujos de venta sumamente personalizados.
WooCommerce: Su naturaleza flexible lo hace ideal para modelos de negocio más peculiares, como membresías con acceso restringido, subastas en línea, venta de contenidos descargables y más. Esto se logra a través de la instalación de plugins especializados que ajustan el comportamiento de tu tienda. Queda claro que, si tu emprendimiento requiere algo fuera de lo común, seguramente encontrarás una manera de hacerlo en WooCommerce.
Al comparar Shopify y WooCommerce, resulta esencial pensar más allá de lo inmediato. Tal vez hoy sólo tienes unas pocas referencias en tu catálogo y no deseas complicarte la vida, pero mañana podrías querer un sistema más completo y personalizado. ¿Estarías dispuesto a migrar de plataforma en ese momento? Para muchos, la respuesta dependerá de la experiencia que busquen y del tiempo que deseen invertir.
Shopify: Ideal para quien prefiere un método más directo, con un panel claro y necesidad mínima de conocimientos técnicos. Funciona muy bien para personas que quieren empezar a vender sin obstáculos. Pero si tu meta es tener la máxima personalización, a largo plazo, podrías sentirte limitado y pensar en migrar a otro sistema.
WooCommerce: Conveniente para quien aprecia el control absoluto y no le teme a la configuración. Es una excelente opción a largo plazo, puesto que, conforme tu tienda crezca, puedes ir añadiendo funcionalidades sin demasiadas restricciones. El precio a pagar es la mayor complejidad inicial y la responsabilidad de mantener todo en orden.
Algo que a menudo se pasa por alto es la posibilidad de probar las plataformas antes de embarcarte en un proyecto definitivo. En el caso de Shopify, muchas veces existe la opción de usar un período de prueba que te permite explorar la interfaz y experimentar con funcionalidades. Con WooCommerce, bastaría con instalar un entorno de pruebas local o un hosting de prueba para toquetear configuraciones sin afectar un sitio en producción.
Al probarlas, podrás evaluar de primera mano cuál interfaz te resulta más cómoda, cuáles funciones te ofrecen más valor y qué tan sencillo es para ti personalizar el diseño. Esta experiencia práctica suele ser la manera más efectiva de disipar dudas, porque cada proyecto y persona tienen necesidades particulares.
Independientemente de si terminas usando Shopify o WooCommerce, existen consejos generales que te ayudarán a aprovechar mejor cualquiera de las dos:
Organiza bien tu inventario: Usa categorías claras y descripciones detalladas para que los visitantes encuentren lo que buscan sin complicaciones.
Optimiza las imágenes: Mantén un equilibrio entre calidad y tamaño de archivo. Imágenes demasiado pesadas pueden ralentizar la carga de la página, afectando la experiencia de usuario y el SEO.
Prioriza la experiencia móvil: Asegúrate de que tu tienda online se vea y funcione correctamente en dispositivos móviles. Hoy en día, muchas compras se realizan desde un smartphone.
Configura métodos de pago confiables: Ofrece opciones variadas y seguras para que el cliente pueda elegir la que más le convenga. Esto aumenta la probabilidad de cerrar la venta.
Usa descripciones atractivas: En lugar de colocar un simple listado de características, cuenta una historia breve o resalta los beneficios principales de cada producto. Un texto bien redactado puede marcar la diferencia.
Mantén tu plataforma actualizada: En especial si trabajas con WooCommerce, procura instalar las actualizaciones de manera regular para resolver fallos de seguridad o incompatibilidades.
Invierte en marketing: Ya sea email marketing, campañas en redes sociales o publicidad en buscadores, el marketing constante es vital para dar a conocer tus productos y servicios.
Una vez que tu tienda online esté en marcha, sea con Shopify o con WooCommerce, resulta esencial medir el rendimiento de tus acciones para detectar puntos de mejora. Ambas plataformas permiten integrar herramientas de análisis y seguimiento, con las que se puede monitorear el tráfico, la tasa de conversión y los artículos más vendidos.
Si notas que un producto tiene muchas visitas pero pocas compras, quizá debas revisar su precio, las fotos o la descripción. Si descubres que tu tasa de abandono de carritos es alta, valdría la pena implementar estrategias de recuperación a través de correos personalizados. La clave está en no dejar al azar el funcionamiento de tu tienda, sino aprovechar las métricas para ajustar y optimizar continuamente.
Quienes llevan tiempo en el mundo del ecommerce saben que la formación continua es parte fundamental para mantenerse al día con las novedades tecnológicas y de mercado. Afortunadamente, tanto Shopify como WooCommerce cuentan con abundante material de aprendizaje, desde documentos oficiales hasta cursos en línea y tutoriales gratuitos en plataformas de video.
Shopify: Tiene guías introductorias, artículos de ayuda y foros donde se comparten tips y soluciones. Además, existen grupos en redes sociales donde usuarios intercambian experiencias sobre funciones y aplicaciones.
WooCommerce: Goza de una comunidad internacional muy activa. Los foros de soporte son amplios, se realizan eventos y existen miles de blogs dedicados a explicar trucos o presentar soluciones a problemas específicos. Con algo de búsqueda y paciencia, es posible encontrar casi cualquier tutorial relacionado con WooCommerce y su entorno.
El auge de los dispositivos móviles no es un secreto; la mayoría de las personas revisan su correo, navegan y compran desde teléfonos o tabletas. Por ello, ambas plataformas ponen especial énfasis en tener temas responsivos y aplicaciones de administración para que puedas gestionar la tienda desde tu smartphone.
Shopify: Cuenta con una app que permite ver pedidos, administrar inventario y hasta responder preguntas de clientes desde cualquier lugar. Al ser un servicio integrado, la sincronización de datos suele ser fluida.
WooCommerce: También ofrece una aplicación propia para revisar ventas, gestionar pedidos y consultar estadísticas. Además, gracias a la base de su plataforma, la gran mayoría de temas diseñados para WooCommerce son responsivos por defecto, facilitando la navegación de los usuarios.
Para ganar eficiencia, muchos emprendedores optan por automatizar procesos repetitivos, como el envío de correos de confirmación, la actualización de inventario o la generación de facturas. Aquí, tanto Shopify como WooCommerce poseen opciones que, combinadas con servicios externos, te permiten crear flujos de trabajo automatizados.
Por ejemplo, cuando se registra un nuevo pedido, podrías hacer que se genere un correo de agradecimiento, se descuente el stock, se agregue el cliente a tu lista de email marketing y se notifique al departamento de envíos. Estos procesos pueden configurarse usando aplicaciones específicas en Shopify o plugins en WooCommerce. Incluso hay herramientas especializadas que conectan varios servicios sin que necesites programar.
Es fundamental que tu tienda sea fácil de navegar y que brinde una experiencia satisfactoria a los visitantes. Factores como la velocidad de carga, la claridad de los botones de compra y la sencillez del proceso de checkout pueden impactar significativamente tus ventas.
Con Shopify, el flujo de compra está bien definido desde el principio. Su proceso de checkout es famoso por su sencillez y por reducir la fricción que a veces provoca la pérdida de compradores indecisos.
En WooCommerce, tienes la ventaja de personalizar cada paso del checkout si así lo deseas. De hecho, existen plugins para simplificar la experiencia de pago o incluso para mostrar mensajes de upselling durante el proceso. No obstante, deberás asegurarte de que la configuración esté bien hecha, o podrías generar confusión.